Tú eres la persona que estabas buscando.
RICHARD SCHWARTZ
Sanando tu niño interior.
En la estructuración de nuestra personalidad, a lo largo del desarrollo y en relación con los demás, es natural que nuestras mentes queden conformadas por diferentes subsistemas, que se van a organizar como subpersonalidades o partes. Si nuestro desarrollo madurativo es suficientemente bueno, cada una de estas partes seguirá un propósito positivo para el afrontamiento de requerimientos de las situaciones que vivimos, ofreciéndonos repertorios de conducta, acción y pensamiento adaptativos, es decir que nos ayudan a dar respuesta ajustada y positiva a la situación. Entonces vamos a disponer de diferentes «estados del yo» especializados para responder en diferentes contextos y a diferentes demandas de la vida. Sin embargo, cuando la persona se ha tenido que desarrollar en un entorno amenazante de forma continuada, ha vivido experiencias de rechazo, soledad, negligencia, etc., estas partes se tornan rígidas y extremas, y con el fin último de la supervivencia (protegernos de sentir dolor), impiden que haya una labor cooperativa e integradora entre sí. Se vuelven conflictivas (ej. fobia, autoexigencia, vergüenza, crítico interior…) y en rivalidad unas frente a otras (ej. o soy estricto en mi dieta o me descontrolo absolutamente), tomando el control por encima del «Yo Consciente» y dominando de forma negativa la manera en que la persona está, siente y reacciona en un momento dado.
Desde el trabajo terapéutico de IFS no tratamos de eliminar estas partes rígidas y desadaptativas, ya que también conforman el sistema intrapsíquico de la persona. Se trata por el contrario de guiar y acompañar a la persona en el proceso de identificar estas partes, conocerlas y orientarlas hacia su «Yo Consciente» profundo, centrado, curioso, sabio, compasivo, amoroso… El objetivo es ayudar a transformar la energía y función de estas partes hacia un modo más adaptativo y relacionado con la circunstancia de vida actual de la persona. Consiguiendo la integración y sintonía entre las partes, la persona es capaz de tomar las cualidades positivas que poseen éstas y tomar distancia de sus estados emocionales sin ser inundados por ellos, posibilitando el cambio, la adaptación a su entorno y relaciones con otros permitiendo el avance en su desarrollo.